Es fácil, es muy fácil... llenar
vacíos, salvar espacios e inventar
excusas para siempre evadir... esta
ira que llevas por dentro... que es la
ira de todos los muertos, los
fantasmas que te encanta te torturen,
te den latigazos lastimosos... que ya
no te hacen sangrar... tus fantasmas
con los que te encanta jugar, que te
laman las heridas abiertas,
incendiadas en carne viva... se
incendian de un corazón que es páramo
de fuego y destrucción
Es fácil... esto es tan fácil que te
desbarata, te da lastima escuchar este
pujido caliente y ardiente que te
escurre entre los dedos, te escurre de
deseos y te mientes, les mientes, te
cubres de negro los ojos y el humor,
esperando con temor detrás de la
mascara nadie vea en realidad que
sigues vacía... de una a otra
costilla.
Siempre fue fácil, la ira me sale bien
cuando todas las heridas se encienden
por dentro, sin previo aviso dentro de
la rutina que es tu vida... corres a
esconderte, todos corremos a
escondernos entre humo y podredumbre
que siempre fueron espejos del mismo
reino donde habitas en silencio, en un
rincón, como predadora esperando una
presa, algo que puedas tomar y
consumir hasta la medula, hasta que no
quede mas que un abismo... sin luz,
sin hostias para los ciegos...
vacíos, salvar espacios e inventar
excusas para siempre evadir... esta
ira que llevas por dentro... que es la
ira de todos los muertos, los
fantasmas que te encanta te torturen,
te den latigazos lastimosos... que ya
no te hacen sangrar... tus fantasmas
con los que te encanta jugar, que te
laman las heridas abiertas,
incendiadas en carne viva... se
incendian de un corazón que es páramo
de fuego y destrucción
Es fácil... esto es tan fácil que te
desbarata, te da lastima escuchar este
pujido caliente y ardiente que te
escurre entre los dedos, te escurre de
deseos y te mientes, les mientes, te
cubres de negro los ojos y el humor,
esperando con temor detrás de la
mascara nadie vea en realidad que
sigues vacía... de una a otra
costilla.
Siempre fue fácil, la ira me sale bien
cuando todas las heridas se encienden
por dentro, sin previo aviso dentro de
la rutina que es tu vida... corres a
esconderte, todos corremos a
escondernos entre humo y podredumbre
que siempre fueron espejos del mismo
reino donde habitas en silencio, en un
rincón, como predadora esperando una
presa, algo que puedas tomar y
consumir hasta la medula, hasta que no
quede mas que un abismo... sin luz,
sin hostias para los ciegos...
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